Para empezar con las movilidades del proyecto, nos tocó ser el país anfitrión y recibir a nuestros socios Erasmus+. Muchos nervios, preparación, entusiasmo… fueron los ingredientes para organizar una semana llena de actividades que hiciesen sentir como en casa al resto de países.
La música fue el hilo conductor: pudimos disfrutar de un concierto en vivo, donde se aprovechó para pedir la paz, torneos para fomentar el compañerismo y la deportividad, paseos por enclaves naturales para valorar y cuidar el medio ambiente, momentos de ocio para entablar relaciones y visitas culturales, para descubrir el patrimonio del país anfitrión.
Fue el comienzo de una gran aventura que seguirá con 5 movilidades más.