HISTORIA DEL CENTRO

PRESENCIA DE LAS HERMANAS MERCEDARIAS DE LA CARIDAD EN EJEA DE LOS CABALLEROS

          Las Hermanas Mercedarias de la Caridad llegan a Ejea de los Caballeros el 8 de Septiembre de 1901, año en el que el Papa León XIII concede la aprobación pontificia de la Congregación.

          La misión de las Hermanas es hacerse cargo del Hospital-Asilo “Nuestra Señora de la Oliva ”. Según el contrato manuscrito que se conserva, la petición parte del Sr. Alcalde de la Villa , Don Cosme Abadía que junto a su secretario Don Leopoldo D. Madrazo conciertan con la Superiora general, de aquel entonces, Sor Florencia Sáenz, “Que las Hermanas se hagan cargo del Hospital ubicado junto al santuario de la Virgen de la Oliva".

          La presencia inicial es de cuatro hermanas que “… se harán cargo de la dirección, cuidado y asistencia del Hospital …”.- En la cláusula nº 12 del contrato se especifica: “ Las hermanas tendrán a su cargo y desempeñarán con el celo propio de su caritativa misión, la asistencia y cuidado de los ancianos y ancianas, de igual modo los cuidarán en sus enfermedades y por lo tanto les darán todos los alimentos, así como las medicinas y les prestarán todos los servicios necesarios…”

         En aquel entonces el Asilo se mantiene por las cuotas que se hacen efectivas en colecta mensual a domicilio, dicha colecta o petitorio corre a cargo de las hermanas y lo recogido se ingresa en los fondos del Asilo. Es bien sabido que ante las carencias y penurias en que se veían, las hermanas se vieron obligadas, más de una vez a pedir por las casas para atender a los más necesitados.

         Teniendo en cuenta que estamos a comienzo del siglo XX es curioso reseñar que las hermanas ejercían “la asistencia a domicilio”. Se dice en el mencionado contrato que: “ cuando la necesidad lo exija, asistirán a domicilio a los enfermos, estableciendo la superiora el servicio de enfermería como lo crea conveniente, y cobrando por dicho servicio una peseta diaria que ingresará en los fondos del asilo…”

      Según testimonios orales, recogidos entre los mayores de la Villa y algunas religiosas, se constata que las hermanas trabajaron en esta obra de forma incansable y con muy pocos recursos, atendiendo siempre a los enfermos más pobres. Se sabe que allí daban a luz, las mujeres con menos recursos, siempre atendidas por la caridad y el bien-hacer de las hermanas.

     Allá por el año 1935, hubo que derribar el edificio y el hospital pasó por emplazamientos diferentes,( Ramón y Cájal, Mediavilla y Pº del Muro). Edificios, todos ellos prestados y en los que se instalaban las hermanas adecuando los espacios tanto para atender y cuidar a los enfermos y accidentados, como para su propio alojamiento. Dicen las gentes de Ejea que “ponían la capilla donde podían, hasta en el salón de armas del cuartel…” que se había habilitado en la calle Mediavilla para hospital.

         En tiempos de la Guerra Civil , las hermanas colaboraban en el “Hospital de Sangre” instalado para tal fin en la “granja agrícola” y junto con un grupo de jóvenes enfermeras de la Cruz Roja , hijas de Ejea, atendían y curaban a los heridos de guerra.

      En los principios, junto a la atención de ancianos, enfermos y accidentados, se cuidaba también de los niños. Algunas ancianas, hoy residentes en la residencia “Villa de Ejea” recuerdan que se quedaban a comer en el hospital cuando sus padres no las podían atender.

         Pronto se ingeniaron las hermanas para organizar esta atención, agrupándolos por edades en: parvulitos, medianos y las “bordadoras”. De esta manera las hermanas compaginaron la labor docente con la asistencial-sanitaria.

      Poco a poco y a medida que las entidades públicas daban respuesta a la problemática social las hermanas adecuaron su trabajo a las necesidades nacientes y así en 1976 se reguló un nuevo contrato con el Ayuntamiento para que la Congregación de HH Mercedarias se hiciera cargo del Cuarto de Socorro dentro del Hospital Municipal. Se trata de un “convenio de prestación individualizada de los servicios propios del puesto de socorro existente en el Hospital Municipal y que, con carácter enunciativo, se concretaba en curas, puesta de inyecciones, atención a los accidentados, y cuales quiera emergencias que pudieran presentarse en calidad de primeros auxilios, previos a la evacuación de los asistidos a los centros hospitalarios de la capital.

       Se encargan de este servicio dos hermanas pertenecientes a la Comunidad del Colegio que para estas fechas funcionaba en paralelo a la atención sanitaria-asistencial.

        Los grupos de ”párvulos” y “medianos” fue aumentando y era tal la demanda que habilitaron dependencias del antiguo Hospital, sito en el Paseo del Muro, como aulas y fue necesario alquilar otro edificio en la C / Cervantes para dar cabida al número creciente de alumnos/as y llevar a cabo los planes educativos del momento.

       Ninguno de los dos edificios tenían capacidad para albergar a 400 alumnos, ni cumplían los requisitos exigidos por el Ministerio de Educación y Ciencia.

         Fue este un momento en el que la Congregación de HH Mercedarias decidió dar respuesta digna a la demanda educativa que el pueblo de Ejea solicitaba y que el Ministerio de Educación obligaba bajo la amenaza de retirar la subvención.

          Dicha decisión puso en marcha a las Hermanas para buscar terrenos que reunieran las condiciones más adecuadas para ubicar en él el nuevo centro educativo. Tras salvar diversas dificultades se llevaron a cabo los trámites necesarios para comprar un solar, compra que se hizo efectiva el día 20 de Julio de 1989.

         En Agosto del mismo año (1989) se comenzó la construcción del Colegio y en Septiembre de 1990 abrió sus puertas a los alumnos para iniciar el curso escolar 1990-1991. Una vez puesto en marcha el curso escolar se bendijo e inauguró el 17 de Noviembre de de 1990.

          En ese momento el colegio está configurado como centro de Educación Infantil, Educación Primaria y E.G.B. de acuerdo con la LODE. Los nuevos planes educativos prolongan la escolaridad hasta los 16 años para lo cual se hacen las gestiones oportunas y se solicita la autorización para ampliar e implantar la Educación Secundaria Obligatoria que comienza a impartirse en el curso 1999-2000.

          Actualmente el Colegio de Ntra. Sra. de las Mercedes en sus amplias y soleadas aulas alberga tres curso de Ed. Infantil; seis de Ed. Primaria y cuatro de Ed. Secundaria Obligatoria y está acogido al régimen de concierto económico. En él se ofrece una enseñanza de calidad e integral, una enseñanza humana y evangelizadora en la que están presentes los valores cristianos. En nuestro centro se gesta cultura humana y cristiana según la buena noticia de la salvación.

          El Colegio está abierto a todos sin distinción, ofrece servicio de comedor y guardería. Cuenta con una Asociación de padres y madres dinámica que promueve todo tipo de actividades extraescolares en el campo deportivo, cultural y artístico.

          Las religiosas Mercedarias junto a un grupo de profesores laicos forman un buen equipo docente, entregado e ilusionado. Todos estamos convencidos que educar para el siglo XXI es formar ciudadanos bien informados con buenos conocimientos y abiertos al mundo.

          A la par que se iniciaba la construcción del nuevo colegio la asociación “Ntra. Sra. la Virgen de la Oliva ” recordando los años que las hermanas se habían hecho cargo del hospital Municipal y del Cuarto de Socorro, se dirigieron a la Superiora General , Sor Esther Gómez Tovar, con carta fechada el 7 de agosto de 1989, en los siguientes términos: “ …solicita de su Congregación la colaboración de sus miembros para la Residencia de ancianos, que ya está en construcción. Estamos los ejeanos agradecidos e identificados con las Hermanas Mercedarias de la Caridad , ya que durante años, han sido y siguen siendo las forjadoras de la juventud de la Villa , vehículo de humanidades y cultura, con su buen hacer desde el Colegio y el Hospital.

        Conscientes de ello, el Ayuntamiento ha luchado con tesón para que el nuevo colegio sea una realidad. La residencia se levanta al lado mismo del colegio. Serán dos hitos en la vida de Ejea, los dos regidos por las HH Mercedarias. Estamos seguros de que con esfuerzo, pero con el cariño y el espíritu de servicio que les estimula, tendremos respuesta afirmativa a nuestra petición…”

          Discernida esta petición por los Gobiernos General y Provincial y contando con la aprobación del Sr. Arzobispo de Zaragoza se acepta y el día 24 de Mayo de 1991 se promulga el decreto de erección canónica de una Comunidad de cinco hermanas mercedarias para la residencia “Villa de Ejea”.

          Las Hermanas junto a un equipo de de trabajo multidisciplinar han llevado a cabo, durante varios años, una labor asistencial integral a los ancianos, además de toda la pastoral del centro y esa labor sencilla y callada de escucha, cercanía y acogida a los ancianos. Su presencia ha hecho vida el carisma congregacional “Todo para el bien de la humanidad en Dios, por Dios y para Dios”.

          La escasez de religiosas y la edad avanzada de las mismas fueron la causa de no poder continuar acompañando a los ancianos de Ejea y así el 19 de Mayo del año 2000 se retiraron las últimas hermanas que quedaban en la residencia.

          Dentro de este breve recorrido por los 105 años de presencia Mercedaria en Ejea es reseñable las numerosas vocaciones mercedarias que han salido de Ejea de los Caballeros. Sin duda que la dedicación y entrega de las hermanas así como su alegría y sencillez, unido a un ambiente social y familiar que potenciaba y valoraba los valores religiosos, motivaron e impulsaron a numerosos jóvenes de la Villa a ingresar en la Congregación de Hermanas Mercedarias de la Caridad.

          Este breve resumen no tiene más pretensión que la de informar y mantener fresca la memoria. Si alguien quiere saber más puede acercarse al Colegio situado junto al parque grande, en un lugar sano y soleado.

¡ VEN Y LO VERAS! ¡ VEN A VISITARNOS!

(Resumen realizado en Enero de 2006)